jueves, 24 de enero de 2013

LA COMUNIDAD FAMILIAR: EL PROYECTO DE LA VIDA



Al iniciar el año, nos hacemos propósitos de muchos tipos, sería muy importante que todos ellos estuviesen dentro de los proyectos esenciales de la vida, entre los cuales el primero, es la familia. A veces, se nos olvida hacer propósitos para la comunidad familiar en la que vivimos y de la que somos responsables. Queda claro que cualquier proyecto que queramos sacar adelante en la familia requiere una condición esencial del ser humano, que es el trabajo. Reflexionar sobre el proyecto familiar, va a concluir necesariamente con la reflexión sobre el modo en que trabajamos en él, sobre la actitud de seriedad con que nos tomamos el proyecto-familia, de modo que no se acabe quedando en un conjunto de ilusiones y buenos deseos, sino que pueda ir alcanzando, en la medida de los limites y las posibilidades humanas, unos frutos que sean permanentes. 
Porque la familia no es un proyecto cualquiera. La familia es un proyecto que nace de un don: don que las personas se hacen entre si y el don que en ese hogar Dios hace a cada persona que los conforman. No se nos ha de olvidar que Dios no da a nuestra vida solo cosas, sino que también nos da personas. Para poder llevar adelante el don de la familia, Dios nos enriquece de creatividad y de fuerza, de genialidad y de vigor,de modo que seamos capaces de colaborar con El. En este sentido, Dios quiere que, además de nuestra colaboración material en la comunidad familiar, participemos activamente con todos los dones que de El hemos recibido: la singular dimensión espiritual, formada por nuestra inteligencia, nuestra voluntad, la capacidad de trascendencia, y asi llevar a plenitud a sus planes sobre ella. Dios ha hecho de nosotros un regalo para nuestra familia, a fin de que nos hagamos cargo, orientados a Él y juntamente con Él, de los dones que ha puesto en nuestra vida. Y nuestra familia es el mayor de estos dones.

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